En estas fechas tan escolares me parece adecuado reseñar alguna obra para los más jóvenes. Y pensando en ellos he descartado títulos de Julio Verne, así como otros tan conocidos como La Isla del Tesoro o Robinson Crusoe, dejándolos para más adelante, porque me parece interesante presentar una obra y un autor poco conocidos que, en mi opinión, deberían serlo más por tener la singularidad de que vivió muchas de las aventuras que luego plasmaría sobre el papel.
Thomas Mayne Reid nació el 4 de abril de 1818 en el Ulster, hijo de un ministro de la Iglesia Presbiteriana. Aunque su padre lo encauzó hacia la carrera eclesiástica, el temperamento del joven Thomas se rebeló y en 1838 huyó de su casa embarcándose sin avisar rumbo a México. Después de recorrer aquel país, pasó a los Estados Unidos, y durante dos años vivió en las riberas del Río Rojo, cazando fieras y comerciando con las tribus indias de la zona.
E 1840, de regreso a Nueva Orleáns, formó parte de la expedición destinada a expulsar de Texas a los invasores mexicanos, pero al quedar abortada esta expedición, se dedicó a errar por las llanuras de Missouri, y tras cinco años de vida aventurera, en la que desempeñó profesiones tan diversas como la de cowboy, actor, capataz de negros, administrados o maestro de escuela, se dirigió a Filadelfia, donde se dedicó al periodismo. Las personas con las que se relacionó allí, entre ellas Edgar Alan Poe, le animaron a que dedicase sus conocimientos y experiencias a la literatura; pero Mayne Reid pensaba más en vivir sus propias aventuras que en escribirlas. Aún no tenía treinta años y no podía acostumbrarse a la quietud, que le recordaba demasiado sus lejanos orígenes irlandeses. No llevaba muchos meses escribiendo en los periódicos cuando se enteró de que se había declarado la guerra contra México (1845) y se alistó de nuevo como voluntario de la Unión, con el grado de capitán, peleando durante más de un año en territorio mexicano.
Mayne Reid tomó parte activa en esta campaña, distinguiéndose particularmente en los combates de Chapultepec, Churumbuco y Cerro Gordo, así como en la conquista de Veracruz. Una vez terminada la guerra con México, y no pudiendo dar tregua a su sangre aventurera, formó en 1849 una compañía de voluntarios para ir en ayuda de los húngaros sublevados contra Austria. Al llegar a Francia se enteró de la capitulación de Georgi y del fin del conflicto, así que decidió dirigirse a Londres y dedicarse a trasladar a sus libros lo que durante tantos años había experimentado en su propia piel.
La primera novela que salió al mercado fue Los Tiradores de Rifle, en la que, con su peculiar maestría, describe unos episodios de la guerra entre los Estados Unidos y México. Mayne Reid relata en esta novela, modelo en su género, los sucesos acaecidos en territorio mexicano durante la tiranía del dictador Santa Ana, contra el cual había luchado el ejército americano en su afán de proclamar la independencia del país hermano y darle un gobierno libre y democrático. Con su inigualable, sencillo y apasionante estilo, Reid nos hace en esta novela una descripción detallada de algunas de las batallas que se desarrollaron por entonces, dándonos al mismo tiempo una visión exacta de los principales personajes.
Las aventuras y peripecias del capitán Haller, protagonista de la obra; del teniente Clayley, su amigo íntimo; del pequeño y valiente Jack, joven impetuoso y temerario, y de muchos otros interesantes personajes, entre los que no podemos olvidar al padre Jarauta, jefe de una partida de guerrilleros, hacen de esta obra un relato les aseguro que apasionante. Entremezclada con la parte sangrienta, Los Tiradores de Rifle tiene ese lado romántico que no puede faltar en una novela del siglo XIX. Los amores de Haller y Clayley con Lupe y Luz, hijas de don Cosme Rosales, a las que salvan de un terrible saurio, ponen una nota alegre y enternecedora en el desarrollo de la trama.
El éxito extraordinario que en su tiempo tuvo esta primera novela de Mayne Reid popularizó su nombre, animándole a seguir escribiendo. Desde la aparición de los Tiradores de Rifle puede decirse que la juventud inglesa y más tarde la de otras muchas naciones, siguió con entusiasmo las maravillosas azañas de aventureros, cazadores, indios y trampero. Conocer como pocos las costumbres de los indios y ser dueño de una imaginación exaltada hicieron que su autor se identificase con los héroes de sus novelas, basados todos en personajes reales, y pusiese una nota de naturalidad y sencillez en sus relatos, constituyendo verdaderas obras maestras en su género, pues están esmaltadas por las mil bellezas de un estilo sugestivo y colorista.
Hasta su muerte en 1883, Mayne Reid publicó muchas novelas y libros para el público juvenil, concebidas todas ellas bajo el signo de la emoción de las batallas entre blancos e indios, piratas sobre el mar inmenso, grandes cacerías de fieras, naufragios patéticos, peripecias de buscadores de oro y un sinfín de historias que lo convierten en el Julio Verne anglosajón por excelencia.