Recientemente llegó a mi conocimiento que una persona que avaló un crédito de 30.000 euros a otra tuvo que afrontar un embargo de su salario porque la segunda no pudo hacerle frente por una calamitosa e injusta situación producto de la negligencia del sistema judicial. El embargo ascendió a 30.000 euros más 9.000 por las costas judiciales. Dicha persona vio su sueldo embargado durante cinco años y medio para hacer frente a sus obligaciones con el banco según sentencia judicial firme (no pudo negociar, no se le dio opción).
Cuando dicho embargo terminó, los procuradores y letrados de la parte demandante añadieron una solicitud de pago de costas de más de 25.000 euros, por lo que ahora esa persona verá su sueldo embargado durante otros 4 años más para cubrir las minutas referidas. Esto quiere decir que de un crédito de 30.000 euros, el montante total que tendrá que afrontar el avalista del préstamo ascenderá a la escandalosa cifra de 64.000 machacantes (casi cien mil dólares). Esto, amigos míos, ocurre en España hoy y ahora.
Y yo me pregunto cuántas personas desahuciadas de sus viviendas o avalistas de parados se estarán enfrentando hoy a situaciones iguales o incluso peores y cuántos letrados, con la colaboración necesaria de la Ley actual y de sus representantes, los magistrados, estarán llevando a familias enteras a la ruina total de sus vidas de modo tan clamoroso e injusto. También me pregunto cuántos abogados, cuántos bufetes están superando la crisis propia gracias a la ajena.
Estoy escandalizado.
Este tipo de situaciones son las que se esconden detrás de muchos desahucios, suicidios o incluso actos delictivos (el que no tiene nada que perder, todo lo puede ganar). ¿He dicho escandalizado? Estoy indignado. Mucho. Y no contra un ministro o un gobierno; tampoco contra un banco o un gremio. Lo estoy contra un sistema decimonónico que permite, tolera y respalda la violación sistemática de los ciudadanos y que abusa de la buena fe de todos nosotros para convertirse en muchos casos en una auténtica mafia.
Este tipo de situaciones son las que se esconden detrás de muchos desahucios, suicidios o incluso actos delictivos (el que no tiene nada que perder, todo lo puede ganar). ¿He dicho escandalizado? Estoy indignado. Mucho. Y no contra un ministro o un gobierno; tampoco contra un banco o un gremio. Lo estoy contra un sistema decimonónico que permite, tolera y respalda la violación sistemática de los ciudadanos y que abusa de la buena fe de todos nosotros para convertirse en muchos casos en una auténtica mafia.
Así que he decidido dar un paso al frente y darles donde más les va a doler: usando como única arma LA INFORMACIÓN VERAZ Y COMPARTIÉNDOLA CON TODOS. Es por ello que anuncio lo siguiente:
Estoy preparando un libro sobre el funcionamiento de la JUSTICIA en España. Si tenéis anécdotas especialmente vergonzantes, propias o ajenas, sobre abusos, injusticias o corruptelas que tengan que ver con jueces, fiscales, abogados, procuradores, notarios etc... me las podéis hacer llegar al siguiente mail:
lainjusticiaenespana@gmail.com
Sobra decir que garantizo el anonimato de las fuentes y que me pondré en contacto con los casos más llamativamente flagrantes. Ya tengo varios, pero quiero más.
Si tenéis la amabilidad de compartir esta iniciativa, os lo agradeceré.